-Es una cosa demasiado olvidada - dijo el zorro - Significa "crear lazos".:.Para mi no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tu tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
-Si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además ¿ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mi el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Pero tu tienes el cabello color oro. Cuando me hayas domesticado, será maravilloso. El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento sobre el trigo...
-Solo se conocen las cosas que se domestican - dijo el zorro- Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen los mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo ¡Domestícame!
-Que hay que hacer -dijo el principito-
-Hay que se muy paciente -respondió el zorro- te sentarás al principio un poco más lejos de mí, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás palabra. La palabra es fuente de mal entendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón.....Los ritos son necesarios.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. El tiempo que perdiste por tu rosa, hace que tu rosa sea tan importante.. Los hombres han olvidado esta verdad. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
Antoine de Saint-Exupéry
(El Principito)
(El Principito)
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